Influencia y relaciones de otras tradiciones en la práctica del zen

Es necesario la inculturación de la practica del zen en el espíritu y cultura del hombre y la mujer europeas y de las sociedades occidentales, partiendo del reconocimiento y la comprensión de la encrucijada de sabiduría que se produce entre Oriente y Occidente. Si hemos de definir los componentes principales de esta inculturación que dan forma a nuestra forma de practicar, diríamos:

  1. Supone una separación de la practica del zen de la confesión condicionante al budismo en cuyo seno nació y se desarrolló, sobre la base del respeto y aprendizaje de sus fuentes, pero con la comprensión de que la práctica es neutral ante el fenómeno religioso. Así el Zen viene a ser patrimonio de la humanidad para el avance espiritual y no la forma espiritual o contemplativa de una de las tradiciones.

  2. Este componente laico de la práctica la aleja de la adscripción, ni en la práctica misma ni como una condición previa necesaria, de cualquier sistema de creencias o de estructura dogmática, incluyendo las prevalentes en Europa, igualmente la aleja de cualquier interpretación del mundo o de posicionamientos metafísicos

  3. Supone por lo mismo, y paradójicamente, la recuperación de la tradición mística europea como aportación de sabiduría de Occidente. Es un flujo de sabiduría que influye y relaciona la práctica no como un camino que surge de oriente sino como un patrimonio de la humanidad que recoge la experiencia no solo yóguica, budista o daoista, sino también cristiana, sufí o de espiritualidad contemporánea no adscrita a creencias. El zen es “una practica más allá de toda doctrina”, pero se alimenta de la experiencia de los sabios y maestros de oriente y de occidente.

  4. El zen supone una transformación de la conciencia y de la vida, confrontando la conciencia egoíca y atravesándola en el sentido de Eckhart1, o transcendiéndola en el sentido de Marià Corbí. Por tanto, aunque tiene connotaciones con la llamada practica de mindfulness2, transciende esta práctica y se sitúa en otro plano.

  5. El ámbito de la práctica del Zen, a diferencia de su escenario original, vinculado a la prevalencia de una sola metafísica y religión (el Budismo), frente a cuya ortodoxia el Chan apareció como una rebelión pragmática, convive en Occidente con una multiplicidad de corrientes y tradiciones que pueden encontrarse en la misma ciudad o comunidad local, teniendo por tanto que establecer relaciones y aprendizajes de una gran diversidad de tradiciones, que modulan y transforman progresivamente la práctica, en el sentido de mayor simplicidad ritual, de mayor vaciamiento normativo y, al tiempo, de mayor influencia de otras experiencias, místicas o no.

  6. En los últimos siglos Occidente ha sufrido una sequía importante de corrientes de práctica contemplativa o de meditación no objetiva. Por ello, paradójicamente, cuando la práctica del zen muere en Japón y se reaviva intensamente combinada con la religión ritual en China, florece en Occidente buscando la sabiduría original de los maestros antiguos. Supone una relectura, desde una perspectiva laica, de las tradiciones originales.

1 Sermón “Beati pauperes spiritu”
2 La practica de la plena atención es la traducción del pali “Satipathana”. Sin embargo este término significa realmente “la practica de la plena atención para venir a – transformar – la esencia, la realidad (Thana)

Por ello pudiera entenderse pretencioso realizar un repaso transversal de las diferentes tradiciones y su influencia en la actual práctica del zen, tal y como la comprenden los maestros y practicantes de “Nube Vacía”, dado el nivel inicial no completado del proceso de inculturación que arriba se cita. Pretenderemos solo, sobre la base de la caracterización de los elementos principales de la práctica, realizar unos apuntes someros sobre convergencias y divergencias de algunas tradiciones o autores relevantes.

Doy por sentado que en otras ponencias se ha repasado sobradamente y con mayor autoridad los fundamentos budistas y daoistas del Chan y del Zen, partiendo mi intervención desde ahí.

La esencia de la práctica es la superación de la conciencia egoíca, perseguidora de soluciones, deseos y necesidades para “completar” nuestra existencia, para llegar al reconocimiento de que ya esta aquí lo que buscamos, viviendo una experiencia de vacío de realidad independiente. Nuestra vida entonces se manifiesta como proceso en libertad, no apegado a la existencia ni a la no existencia, parte y todo con la realidad, presente y presencia, rompiendo con la neurosis actual por la búsqueda de identidad.

Nuestra practica tiene varios hitos esenciales que voy a utilizar como “faros” para la búsqueda de convergencias y divergencias en las tradiciones:

  • El proceso de silenciamiento de nuestra mente discriminativa, de nuestros apegos a tener, a rechazar y a mantener, a congelar creencias e interpretaciones.
  • El proceso de interpelación de la realidad, de la práctica de la pregunta, de la apertura a la incertidumbre, que supone la entrada en el conflicto de evolución de la conciencia, en la noche del espíritu.
  • El proceso de vaciamiento, de apegos a deseos y necesidades, a lo que se quiere, lo que se sabe y lo que se tiene, a la existencia y a la no existencia.
  • El proceso de presencia, de estar aquí y de ser ahora, aceptando nacer y morir a cada instante.
  • La práctica en la Cotidianidad.- Como la expresión del Zen en medio de las cosas y los seres, con el compromiso radical, presente, de presencia, en cada momento, en cada lugar, como se indica en el tercer voto del bodhisattva, o en la vuelta al mercado del boyero de Kakuan.

Por supuesto cada uno de estos “faros”, procesos o elementos de la práctica requieren en si mismos una clarificación y desarrollo para lo que esta ponencia no tiene espacio. El que este interesado puede consultar las diversas charlas y documentos disponibles de los maestros, incluyendo las propias de Nube Vacía.

CONVERGENCIAS

BUDISMO ORIGINAL

La enseñanza del Buda está originalmente vaciada de los componentes teológicos y metafísicos del Vedanta, que han sido asimilados posteriormente en el budismo ortodoxo en sus diferentes formas, tanto en su corriente Hinayana, Mahayana o Vajrayana. La clave de la enseñanza del Buda es el sermón de la verdades que ennoblecen. La convergencia con nuestra práctica es así:

  • Silenciamiento.– El proceso inicial de la práctica de Dhyana o meditación practicada por el Buda, lleva al silenciamiento, encontrado en la doctrina de Annata y en la práctica del Samadhi, que son los antecedentes directos de la práctica que el Bodhidharma transmitió.
  • Interpelación y pregunta.– Es el tránsito propugnado por el Buda desde el hogar al sin-hogar, que le llevó a confrontar la realidad. Es la asunción básica de dukkha, de la imperfección, la insuficiencia y el sufrimiento de los seres, en su concreción y complejidad, que originó el camino que el Buda emprendió.
  • Vaciamiento.– El proceso de vaciamiento de la mente discriminativa, expresado en el Chan por el Shin Jin Mei, es el proceso de Alia to Tanha, del lugar definido y consolidado, de la identidad propia a la ausencia de existencia separada (experiencia de vacío). Es el proceso de Annata alcanzado a través del Samadhi. Del ser alguien a venir a ser nadie.
  • Presencia.- La manifestación de la presencia, expresada por el Satori del zen es en el Buda llegar al nirvana, la finalización del ciclo de nacimientos, o experiencia de vacío de realidad inherente, la impermanencia de todo lo que existe. Asi es definida en el Ariyapariyesana Sutra:

“…Este Dharma al que he llegado es profundo, difícil de ver, difícil de comprender, pacifico, sublime, más allá de la visión de opiniones y juicios, sutil, para ser percibido por los sabios. Pero esta generación goza en el apego, se excita por el apego, disfruta con el apego. Así que una generación atrapada por el apego, excitada por el apego, disfrutando en el apego, tiene dificultades para ver esta verdad, esto es, la condicionalidad de todo lo que existe, el origen dependiente de las cosas. Y es difícil de ver esta verdad, esto es, la contingencia de todas las formaciones, la superación de todos los apegos, el final de la posesión, la ecuanimidad, la cesación, el nirvana. Y si fuera a enseñar el Dharma, otros no me entenderían, y esto sería agotador para mí, y lleno de complicaciones…”

  • Cotidianidad.– Se expresa en el Buda en la práctica de la Gran Compasión, resultado de la no separación original, de la expresión del no-dos.

¡Pueda ser yo el soporte de la vida
de todas las incontables criaturas
como lo hace el espacio y los grandes elementos de la tierra.

Shantideva

JESÚS DE NAZARET.- CRISTIANISMO PRIMITIVO

Diferenciamos entre la teología cristiana, tal y como quedó conformada en el siglo III y IV, y las aportaciones originales de Jesús de Nazaret, tal y como han sido reconsideradas por el Jesus Seminar y la corriente de la búsqueda del Jesús histórico de diferentes aportaciones, incluyendo los textos gnósticos de Nag Hamadi, particularmente Tomas I. Desde aquí realizamos esta confluencia.

  • Silenciamiento.- El proceso de alejamiento al desierto del maestro de Nazaret, con su Metanoia y su visión interior, está en el principio de su misión y se repite continuamente en su oración nocturna. También se expresa en la evolución del cristianismo primitivo en el movimiento de los padres del desierto, que reaccionan frente al intento de convertir el movimiento cristiano en una práctica cosmopolita ligada al poder (Juan Casiano, Isaac de Nínive). Es el acompañante básico del movimiento de liberación de Jesús: “Bienaventurados seáis los solitarios…porque encontrareis el Reino. Porque venís de él y en él entrareis de nuevo “ (Tm 49). A ese proceso se refiere Juan Casiano:

… cuantas veces te encuentres con esta contemplación ininterrumpida, has de tener la sensación de haberte caído de la altura de tu espíritu… ya que El Reino de Dios está dentro de vosotros…
no es comida ni bebida, sino justicia, alegría y paz en el Espíritu Santo…

  • Interpelación y pregunta.- En el Buda la experiencia concreta del sufrimiento le llevó a iniciar su camino. En Jesús es la vida al lado de los pobres de Galilea lo que le llevó a proponer la liberación condensada en su propuesta del Reino de Dios:

Mas el Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros (Tm 3)…

Partid un leño y allí estoy yo; levantad una piedra y allí me encontraréis (TM 77)

  • Vaciamiento.- El proceso de vaciamiento en Jesús se expresa en su proceso vital, pasando del hogar al sin hogar, del reconocimiento a “no tener un lugar para reposar la cabeza”, de su presencia expresada en el arquetipo de su oración en el monte, de su ¡Abba padre!, que culmina con el abandono en el monte de los Olivos, y a su aniquilamiento en el abandono espiritual expresado en la cruz: ¡Eloi, Eloi, ¿Lema Sabactami?!. Por fin, su propia muerte y fracaso es simbología y arquetipo de las muertes que se producen en el camino espiritual.
  • Presencia.- La presencia en Jesús es la presencia … por toda la tierra… del Reino de Dios… del Padre viviente… para que todos vengan a ser uno. Y se expresa en la propuesta del amor incondicionado como forma de vida. Así la expresión del amor lleva a la plenitud y a la paz:

Que quien busca no deje de buscar hasta que encuentre, y cuando encuentre se turbará, y cuando haya sido turbado se maravillará y reinará sobre la totalidad y hallará el reposo (Tomas 2)

  • Cotidianidad.- Es el mensaje central de Jesús, expresado en el mandamiento del amor y simbolizado con la práctica de la comensalía abierta, del ágape. La presencia ha de llevar al amor incondicional, que supone una continua búsqueda para la igualación. La comensalía abierta es la expresión del igualitarismo de Jesús (todos iguales en el Reino), y signo de la presencia:

Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno aun para con los ingratos y malos. Sed pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados (Luc 6)

SUFISMO – LA MÍSTICA DEL AMOR

El sufismo es una propuesta mística dentro de una corriente del Islam, que expresa el camino de unidad del espíritu, el camino del amor místico, a través de la manifestación unitiva. Khalil Gibran, Rumi y muchos otros expresan esta manifestación.

  • Silenciamiento.- Es el proceso que lleva al estado de silencio expresado por

“Sokout daw Ghanimat ast”  “Silencio. La respiración es preciosa” Lo que lleva a una práctica de profundización hacia dentro, en la búsqueda de la unión.

  • Interpelación y pregunta.– El sufí se interroga por la realidad, pero en esa interrogación no necesita respuesta, pues dice:

“La respuesta se encuentra allí donde la pregunta aparece”

Supone situarse en el continuo presente, en la realidad completa.

  • Vaciamiento.-

“Hasta la orilla del Océano hay huellas. más allá no queda huella alguna”

cita Rumi, invitando a sumergirse en el Océano que es la ausencia del yo. Sufismo es el proceso de transformarse en Océano.

El Sufismo, definido en esencia, es el camino del Amor. Y ¿qué es el amor? El Amor es la ausencia del Ego… y ¿qué es lo que define la ausencia de Ego? Dios. Dios es la total ausencia del Ego. Por lo tanto es el camino que conduce a Dios (mediante la desaparición del ego). Y ¿qué es un camino? Un camino es lo que te lleva desde del punto donde estás hacia una meta. El camino del amor te lleva al Amor como estado del Ser…

“Es el amor que os desgarra para desnudarnos de nosotros mismos, a fin de no poseer y no ser poseído”

  • Presencia.-

Muhammad explica que los seres humanos duermen. Afirma que el estado verdadero del Ser esta latente, pasivo, y solo cuando morimos, al fin, nos despertamos. Por eso, el tipo de vida que tenemos muchos de nosotros es un sueño, no es real: hay que morir para despertar. Esto es la presencia, que en el sufismo se busca abandonando el yo y viviendo en el amor y desde el amor.

Esta síntesis se encuentra bellamente expresada en el gran Hallaj, místico del Islam que fue, como otros en Europa, martirizado por herético:

“…con todo mi ser he abrazado todo tu amor, tu, que eres la santidad. Tu que has manifestado en mi tanto, que me da la impresión que eres tu mismo el que está en mi"

  • Cotidianidad.- La práctica del amor se manifiesta también en el sufí de forma operativa. Se presenta con esta admonición: Convertíos en un fragmento del corazón de la vida. Supone la desaparición como ser independiente para ser uno con cada cosa y situación, abrazando a la vida sin condiciones

MÍSTICOS EUROPEOS – NUBE DEL NO SABER

  • Silenciamiento.– El proceso de silenciamiento es el principio del proceso en el que la Nube se introduce. La propia simbología nos acerca al proceso, que es homólogo al inicio del proceso del Zazen:

Los contemplativos raras veces oran con palabras, y si lo hacen, son pocas. En realidad, cuanto menos mejor. Y además una palabra monosílaba es más adecuada a la naturaleza espiritual de esta obra que las largas. Pues desde ahora el contemplativo se ha de mantener contínuamente presente en el más profundo e íntimo centro del alma.

El proceso de silenciamiento al que lleva esta práctica supone que

… debes extender una nube del olvido por debajo de ti, entre ti y todo lo creado…de forma que quedes totalmente a oscuras para hacer esta obra contemplativa a la que te estimulo

  • Interpelación y pregunta.- La Nube aparentemente se aparta de todo lo existente, de criaturas y circunstancias, para ahondarse en el interior en el proceso contemplativo. Es una llamada sistemática a un sesshin vital, profundo y continuado, como diríamos en el zen:

Pues aunque en ciertos momentos y circunstancias es necesario y útil detenerse en situaciones y actividades concretas que atañen a personas y cosas, durante esta actividad es casi inútil. El pensamiento y el recuerdo son formas de comprensión espiritual en las que el ojo del espíritu se abre y se cierra sobre las cosas como el ojo del tirador sobre su objetivo. Pero te insisto en que todo aquello en lo que te detienes durante esta actividad resulta un obstáculo

Por ello no ha de entenderse el proceso de La Noche como un proceso de negación de la realidad, sino como una invitación continuada a la introducción en la tarea contemplativa, de forma que culmine el proceso que lleva, en los términos de la Nube a la unión con Dios, como realidad ultima.

  • Vaciamiento.- Este proceso de vaciamiento es esencial en la nube. Supone la superación de todo querer, de todo saber, y lo expresa de forma radical:

No trates de replegarte dentro de ti mismo, pues, para decirlo de un modo simple, no quiero que estés en ninguna parte; no, ni fuera, ni arriba, ni detrás o al lado de ti mismo. Pero a esto dices: "¿Dónde he de estar entonces? Según dices ¿no he de estar en ninguna parte!" Exacto."

La Nube exige una ruptura de identificación con el propio ser, lo que ha venido a ser llamado, quizás de forma no equilibrada como teología negativa. Sin embargo este proceso es el que también se exige en la práctica del zen.

  • Presencia.- De acuerdo con la tradición de la mística del medievo europeo, la presencia se interpreta y atribuye al proceso unitivo con lo divino, con Dios, expresado de forma que parece describir el Satori del Zen:

Cuando en otras ocasiones (la persona) comience a sentir un maravilloso fortalecimiento y unos deleites inefables de alegría y de bienestar, se preguntará si esta nada no es, después de todo, un paraíso celestial. Vendrá, por fin, un momento en que experimente tal paz y reposo en esa oscuridad que llegue a pensar que debe ser Dios mismo.

  • Cotidianidad.- La nube es una invitación al camino interior, expresado en la contemplación, y partiendo desde el olvido del yo permite la apertura a esa Nube en la que la propia oscuridad es el centro de la unión. Así se expresa

…Rechazar el conocimiento de todas las criaturas y abandonarlas todas bajo la nube del olvido… En esto consiste toda la obra…

El planteamiento de la Nube es una invitación al camino contemplativo, como aparente antinomia de la vida activa, expresado en la polémica entre Marta y María. Por ello no estimula a la práctica en la cotidianidad hasta que este camino sea completado. Le llame en consecuencia una invitación al sesshin vital. Es lo que se expresa cuando invita a estar en todo, estando en ningún lugar y en nada… siguiendo el ciego impulso del amor.

Maestro Eckhart

(Me remitiré aquí, dada la extensión de la obra del maestro, al que se considera padre de la mística europea medieval, al sermón de los Pobres de Espíritu citado)

La mística del maestro Eckhart está impregnada de un itinerario de vuelta al origen, partiendo de la interpelación sobre el sentido de lo humano. Se acerca de forma radical a la identificación de lo divino y lo humano, dejando una ligera línea que no sobrepasa. Por ello, y a pesar de ello, fue acusado de panteísta. En este itinerario la profundidad y paradoja de sus expresiones, le convierte en el maestro europeo con expresiones mas cercanas al zen, tal y como hoy lo practicamos.

  • Silenciamiento y vaciamiento.- El maestro Eckhart comienza su interpelación en los tres hitos de “Beati pauperes spiritu” con la interpelación “el hombre pobre es el que… no quiere nada, …no sabe nada, …no tiene nada”, y el desarrollo de estas tres nadas de forma radical suponen un cuestionamiento total de la existencia. La meta final es la unión desde el origen de lo divino y lo humano, del fondón del alma humano con el fondón divino. Ha de suponer un vaciamiento completo de si mismo, incluyendo cualquier idea religiosa o expectativa de ser ocupado por Dios o su obra, “quedando aquí vacío de Dios y de todas las cosas”… es el cuenco vacío que queda vacío.
  • Interpelación y pregunta.– La interpelación principal es ¿quien soy yo en esencia?, o mejor ¿quien vengo a ser? A esta pregunta Eckhart responde con una frase criptica, que supone todo un reto para los practicantes del silencio y que es esencial en su construcción metafísica,

…venir a ser quien era cuando todavía no era…

Ya que constituye en sí mismo el gran koan del Maestro Eckhart. Siendo la causa propia, Eckhart diferencia el yo oculto, eterno desde el origen, del yo empírico, al que hay que acallar para que el yo oculto se manifieste, que es eterno, causa de sí mismo, y co-engendrador de Dios mismo como creador de todas las cosas. Por ello dice que ha de morir el hombre viejo, para que el nuevo se manifieste. Plantea una interpretación metafísica de la transformación del hombre por medio de la gracia. A eso llama Eckhart “atravesar”, más allá de “fluir”.

  • Presencia.- En Eckhart la presencia es el ámbito de lo divino, en la asunción radical del pobre de espíritu que viene a ser “nadie y nada”. En el hombre nuevo se manifiesta el yo oculto como un absoluto, eterno, que da lugar al yo empírico, condicionado e inmanente. Eckhart se acerca a la no necesidad del Dios otro en la realización, ya que …yo fui la causa de mi mismo… y no tenia ningún Dios pues estaba en mi primera causa…
  • Cotidianidad.- En Eckhart se expresa con la enseñanza del nacimiento eterno. Todo está naciendo en cada momento. Desde desde este yo oculto, nacieron todas las cosas. La transformación radical del hombre conlleva también la transformación radical de todo lo existente

Juan de la Cruz

  • Silenciamiento.– Las tres nadas de Eckhart se manifiestan de igual manera en Juan de la Cruz en La subida al monte Carmelo. El camino del silencio, de ese salir de la propia casa, del propio lugar, para ir en busca, simbología del proceso de silencio del viajero espiritual ha quedado para siempre grabado en el corazón en los bellísimos versos de “La Noche Oscura”

Este camino manifestado en la Noche Oscura : “…a oscuras, que nadie me veía…” Es el proceso de anulación de los ruidos del yo, en el camino de purificación del almapage8image60691136 page8image60691520 page8image60693440 page8image60693824 

  • Interpelación.– La pregunta clave en el Cántico espiritual es dónde está el Amado ¿a dónde te escondiste…? Y la respuesta está en cada paso, en cada lugar: …mil gracias derramando pasó por estos cotos con presura… Es un proceso de entrar en pérdida en búsqueda de la unión. El camino de Juan es un itinerario espiritual de sentirse separado para ser completado en el Amado. La comparación con el poema del boyero es evidente, en el que el buey blanco (aquí, el Amado) es la presencia, la experiencia de unidad manifestada en el encuentro, en el caso de Juan, y en la manifestación en el Boyero

  • Vaciamiento.– Se expresa con la depuración expresada como noche espiritual, que implica un proceso activo (la subida al monte Carmelo) y un proceso pasivo (La Noche Oscura) Deshacerse de todo apego a las criaturas, rememorando desde otra cultura el proceso de la segunda noble verdad del Buda.
  • Presencia.- Es la manifestación del Amado y el canto amoroso de unión, expresado con la más bella poesía mística. Y así el alma puede exclamar:

Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.

Es necesario notar que se parte de una separación y se llega a una unión, punto de partida diferente del Zen

  • Cotidianidad.- La subida al Monte Carmelo expresa como ha de ser el camino vital del que ha realizado la presencia:

Podríamos desarrollar ampliamente la sabiduría de Oriente (Nagaryuna, Shantideva, Lao Tse, etc., por no citar los maestros clásicos del zen) o otros grandes místicos de Occidente, (las beguinas, Taulero, Ruysbroeck) o la práctica del monte Athos, todos ellos con convergencias en relación con el zen. Pero me llevaría a dar excesiva extensión a ésta ya de por sí larga presentación. page9image57637888 page9image57625216 page9image57636928

DIVERGENCIAS

A lo largo del relato anterior, han podido ya entreverse algunos contrastes importantes que permiten enriquecer la comprensión de nuestra práctica. Habré de realizar en la búsqueda de divergencias un esfuerzo nuevo de síntesis, limitándome a algunas “pinceladas” esenciales.

En primer lugar es necesario distinguir lo que K. Wilber y otros autores llaman religión exotérica, o práctica religiosa externa, manifestada por mitos y creencias, y cuya relación con la “realidad última” se mediatiza e interpreta, sometida a normas. La expresión clásica es la ortodoxia de las grandes religiones, cuya verdad queda fijada y el espacio del dogma es seguro. En contraposición se expresa la religión esotérica u oculta, cuya conexión con Dios es directa, no precisa de normas ni de mediaciones, no está sometida a dogmas y es entendida más como proceso que como lugar fijo de práctica y marco referenciado de creencias. No voy a entrar en las diferencias con la practica religiosa exotérica, ya que además de evidentes, son las mismas que los místicos de las diversas tradiciones han tenido con ellas y que en muchos casos les ha llevado a la condena y el ostracismo, si no a la muerte. Además, en las practicas exotéricas existe una variedad de tendencias o ritos que van desde el yihadismo radical, a la practica de la tolerancia en la fe del ecumenismo, aunque siempre en un marco específico de creencias. Me referiré aquí tan solo a las divergencias que históricamente aparecieron con la práctica esotérica de algunas tradiciones, solo señalando los temas ya que son objeto de amplio debate por sí mismas:

  •  Las Dos Verdades.- Desde el Vedanta hasta las versiones modernas del Cristianismo expresan la dicotomía entre la realidad ultima divina, también llamado en las tradicioens orientales el ámbito de la “naturaleza esencial” por una parte y el ámbito empírico del samsara, del mundo fenoménico por otra. Entre los místicos es Eckhart el más cercano a la identificación, aunque mantiene la separación entre el yo oculto y el yo empírico. Sin embargo el Zen, o el Chan desde su evolución histórica, parte del no-dos, si bien no entra en el debate metafísico. Es digno de notar que ni el Buda ni Jesús de Nazaret entran tampoco en este debate metafísico, y que es en el marco del desarrollo de las religiones históricas, incluyendo el budismo ortodoxo donde se plantea la diatriba entre monismo y dualismo, panteísmo y maniqueísmo, etc.
  • El Dios otro.– Una consecuencia directa de esta interpretación metafísica es la afirmación de Dios como el otro eterno y separado de las criaturas. Todas las tradiciones místicas expresan la experiencia de unidad, pero no llegan a la expresión de identidad. Por ello el proceso místico se manifiesta como el recorrido desde la diferencia hasta la unión, como un proceso de depuración del ser (o individuo empírico) para que Dios ocupe el lugar. Pero el punto de partida es la diferencia. En el Zen, por el contrario la identidad existe desde el origen, ya que Dios como referencia no es contemplado. Es la práctica del descubrimiento y la manifestación de lo que ya esta ahí. Por tanto supone “caer en la cuenta” más que una transformación para alcanzar algo que no se tiene.
  • Yo superficial y yo oculto.- La mística es el itinerario hacia el fondón del alma, donde se produce la Unio Mística con el fondón de Dios, en expresión de Echkart. Pero ese proceso, tanto en la Nube, como en los místicos europeos, lleva a una separación de la realidad fenoménica, que no es el camino sino el impedimento. Sin embargo, en el Chan los fenómenos y las circunstancias, los seres todos son la expresión misma de la realidad, que es una en todo lo que existe en toda su expresión y cambio.
  • Obra de la Gracia, práctica humana.– También existe una obvia diferencia en la forma mediante la cual se produce el proceso de avance espiritual, que en la practica religiosa esotérica es antes o después obra de la Gracia divina, más que del esfuerzo humano. La no consideración de Dios como la meta a alcanzar hace que en la practica del Zen el concepto de gracia y de vaciamiento pasiva no exista.
  • Metas y objetivos.- La práctica espiritual en las tradiciones se manifiesta como el camino hacia metas u objetivos, para la transformación del hombre (Taulero) o para la unión divina (Padres del Desierto, Santa Teresa, San Juan). Se expresa como un recorrido hacia una meta. Incluso en algunas escuelas del zen se ha asimilado este recorrido como una practica “para el satori”. Pero en Nube Vacía seguimos la practica de Lin chi, que elimina el concepto de finalidad y por tanto el intento de metas y objetivos como parte de la práctica. De hecho, la anulación, el “olvido” de finalidad es esencial para el avance. Si no hay nada que alcanzar, que conseguir, pues está aquí, no hay una meta o algo diferente hacia lo que orientar la práctica.
  • Vaciamiento como negación.– Puede ser entendida como lo que es llamado “teología negativa”, como la negación, la anulación de lo existente para dejar un vacío que ha de llenarse de Dios, o quedarse vacío en las palabras de Echkart. Sin embargo, esta pulsión de anulación no existe en el zen, más que para eliminar la cristalización de lo existente, para la superación de los apegos. El Zen asimila en la práctica el “corazón” del Sutra del corazón: forma no es sino vacío, vacío no es sino forma
  • Verdad absoluta, ultima – proceso contingente.- Ya hemos expresado que Dios en las grandes religiones es la realidad última, el referente absoluto y eterno. Esto queda en alguna medida desdibujado en el proceso místico. Sin embargo no acaba de perderse en la nube del olvido, ni elimina ese referente absoluto. Este referente absoluto y eterno no existe en la practica del Zen. De hecho la esencia de la misma es la experiencia de vacío de realidad inherente, de absoluto referente, para la aceptación de la impermanencia, la contingencia en todo lo que existe.
  • Creencia versus experiencia.- Tanto la Mística como el Zen, a diferencia de la práctica exotérica se expresa en el marco de la experiencia, que difícilmente puede ser comunicada. Sin embargo, la mística de vinculación religiosa se mueve en todo su recorrido en un marco de creencias, de referencia basada en una revelación. El zen por el contrario pierde este marco de referencia y se queda únicamente en el marco de la experiencia. Por eso se define como “un mensaje que esta más allá de toda doctrina oral o escrita…”
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