Mujer …¡Levantate!

Pedro San José 

Articulo del Bodhisattva Actual – VerdeMente   Enero 2013

En Amanat (India) una estudiante de fisioterapia fue secuestrada y violada por seis hombres, muriendo a causa de las heridas. El cabecilla de los violadores se atrevió a decir que ella se lo merecía porque se atrevió a confrontarlo. 24.000 mujeres fueron violadas en India durante 2011 según datos oficiales. Quizá sean el doble. En Punjab (Pakistan) una niña de 9 años fue secuestrada y violada por tres hombres estando en estado crítico. En Katmandu (Nepal) una mujer de 21 años fue robada por un oficial de inmigración y violada por un policía en el aeropuerto de la ciudad. En Egipto la mitad de las mujeres dicen haber sufrido agresión sexual de diferente gravedad. En Arabia si una mujer comete adulterio es lapidada, Si un hombre viola a una mujer, la mujer es obligada a casarse con el violador. En muchos países en Asia y  Africa la mujer no tiene derechos civiles y es poco mas que un animal para el disfrute de los hombres. El indice de violaciones en Estados Unidos es similar al de estos países, así como la violencia de género. En nuestro país, España, centenas de mujeres mueren cada año a manos de hombres, por violencia doméstica. El sueldo de la mujer en igual puesto de trabajo es en Occidente un 25% menos que si lo ocupa un hombre. Todavía en muchos sectores ultrareligiosos del judaísmo, del cristianismo y del islam la mujer es causa de pecado y fuente de perdición, siendo el sexo el pecado fundamental por culpa de la mujer, que es considerada fuente demoniaca. Incluso en el budismo, el Dalai Lama tuvo que admitir la misoginia que todavía existe entre los monjes y los fieles.

 

¿Cual es el origen de esta violencia, de este odio, de este desprecio? Se ha sucedido a través de los siglos. El Maestro de Nazaret revolucionó a su sociedad judaica basada en el predominio masculino y el sometimiento de las mujeres y los niños al paterfamilias, y el desprecio de las niñas frente a los niños, aceptando mujeres como discípulas, haciéndose acompañar de ellas en su camino de profeta itinerante, y reconociendo a Maria Magdalena como su compañera y primer apóstol.  Sin embargo, muy pronto el machismo declarado de sus discípulos se rebelo frente a este igualitarismo de género. en Tomas 114 se lee: 

Simón Pedro les dice: Que Mariam salga de entre nosotros, pues las hembras no son dignas de la vida. Jesús dice: He aquí que le inspiraré a ella para que se convierta en varón

, para que ella misma se haga un espíritu viviente semejante a vosotros varones. Pues cada hembra que se convierte en varón, entrará en el Reino de los Cielos

 

Y en el evangelio de Maria Magdalena (18) se dice: 

Entonces Leví habló y dijo a Pedro: «Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce perfectamente; por esto la amó más que a nosotros 

 

A partir de aquí se originó un proceso creciente de misoginia entre los padres de la Iglesia hasta que en el siglo VI, el Papa Gregorio Magno denominó a María Magdalena "ejemplo de perdición" y "esclava de lujuria". Con esta estigmatización de la primera apóstol se estigmatizó a todas las mujeres, generando una cultura machista y depredadora contra la mujer en el desarrollo del cristianismo, y con él, en el desarrollo del judaísmo y del Islam. Millones de mujeres sufrieron a causa de esto y cientos de miles sucumbieron a la hoguera de la Inquisición acusadas de brujería y malas artes. Se desarrolló una civilización y una cultura basada en la violencia de genero, que ha pervivido hasta nuestros días. Esta cultura misógina también ha sido común en el hinduismo, el budismo y toda la cultura oriental. Es escandaloso ver que la India, cuna de la espiritualidad en el mundo, es hoy piedra de escándalo por la violencia contra la mujer. Sin embargo, no fueron así los fundadores. La expresión mas clara es la de Jesús de Nazaret, que dijo: 

…y cuando establezcáis el varón con la hembra como una sola unidad de tal modo que el hombre no sea masculino ni la mujer femenina … entonces entrareis en el Reino (Tm, 22)

 

Esta es la clave de lo que nos ha sucedido, la separación de lo diferente, considerándolo inferior a nosotros. Empezamos en la propia casa, con nuestra propia mujer y nuestras niñas, que son consideradas a través de los siglos inferiores. Nuestra conciencia egocéntrica nos grita que nosotros varones somos superiores y podemos usarlas para nuestra satisfacción. Así cometemos el mayor crimen, destrozando nuestra humanidad. El proceso de avance de la conciencia tiene como elemento diferenciador hacer desaparecer las diferencias e igualar lo que se considera inferior y lo que se considera superior.  Pronto se instaurará mas y mas la conciencia del igual, y sobre ella habremos de construir una sociedad donde lo femenino y lo masculino no se diferencien, haciendo que el hombre no sea masculino ni la mujer femenina. Entonces alcanzaremos la paz.

Mientras esto ocurre vivimos un tiempo de desgarro en el que los vulnerables sufren, los niños, los ancianos y la mujer en su condición de tal. La lucha de la mujer por la emancipación, el respeto a sus derechos y el reconocimiento de igualdad frente al hombre es el signo de avance de los tiempos. Las sociedades donde sus derechos no se respetan son sociedades basadas en el dogma, en la misoginia, y en la incivilidad. 

El Bodhisattva no puede ver diferencias. Ha comprendido que no existen fronteras ni limites, y que lo que les pasa a nuestras niñas en el comercio nocturno de los tugurios extendidos por la cuenca del Pacífico, a las jóvenes agredidas como animales en las sociedades dogmáticas, a las niñas que en África son amputadas de su condición sexual por miles, a todas aquellas mujeres y hermanas que sufren de opresión y de violencia, a ti y a mi nos pasa. Así, pues este grito de ponerse en pie frente a esta barbarie de nuestro tiempo, es ponerse en pie, juntos hombres y mujeres en condiciones de igualdad, por el respeto y la dignidad de todos. ¡Hagámoslo!

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