¿Ser y no Ser?

Ponencia a las jornadas de Desarrollo Humano – 14 de Diciembre de 2013

Pedro San José Garcés

Quiero ser, necesito ser, busco la significación y el poder, el control sobre mi existencia y mi entorno. Busco que mis ideas prevalezcan, que mis actos influyan, y que los demás se guíen por lo que hago y digo. Busco que mi vida signifique y que mi existencia tenga contenido. Contemplo al mundo y las cosas y los seres y los acontecimientos en función de su utilidad para mis intereses, para mis objetivos. Me digo que mi visión de la realidad, que mi percepción de las cosas es la verdadera y real, y que quien no lo ve como yo está equivocado. Me diferencio de lo que existe, y considero que estoy en el centro de la existencia, pues desde allí yo la veo. Ser alguien, ser el que importa, ser el que permanece, ser el que tiene forma y perfil, el que marca el ritmo, y el que decide el devenir de las cosas, en mi vida, en mi entorno, en mi familia, quizás en mi contexto y en otras esferas de los otros, que no son yo.

Audio sobre la conferencia ¿Ser y No Ser? 

No ser es no existir, no formar parte. Ser un nadie es no influir ni importar, no determinar la evolución de la vida. Por ello el ansia de ser, el deseo permanente por aumentar el significado, por obtener la verdad y poseerla, por tomar posesión del camino, y por pertenecer y dominar.

Por ello me acerco al maestro y pregunto, entre cínico y angustiado:

 

Un devoto Bacchigota le pregunto: – “Reverendo Gautama: ¿Existe el Ser?”- Ante la pregunta el Buda permaneció en silencio “Bien Reverendo Gautama: ¿No existe el Ser? – Y el Buda permaneció también en silencio.

Tras la marcha del devoto Ananda le preguntó: – “Reverendo Señor, ¿porqué no respondiste?” – “Ananda, no lo he hecho pues si hubiese respondido a la primera pregunta habría dado base para el eternalismo, si hubiese respondido a la segunda, habría dado base para el nihilismo”

 

Ante ello me quedo sin comprender, me voy contrariado como el devoto, que necesitaba colocar un limite en la evolución de su propia existencia, entre ser y no ser.

Como parte de mi linaje, como ser humano he buscado siempre explicarme el mundo. Desde que adquirí conciencia racional, me sentí solo y separado, y he desarrollado mi posición en el mundo desde la egocentración y la individualidad. El proceso de desarrollo de una conciencia racional ha estado vinculado a mi propia supervivencia individual y de grupo, en un ambiente agresivo en los albores de la humanidad, que condicionó una existencia en competición con un medio que ha sido considerado externo, que ha sido objetivado, desde la construcción de mi identidad como sujeto central de interés.  

Mi lucha por la supervivencia, por prevalecer, ha ido acompañado de mi búsqueda de seguridad. He sido exitoso en el desarrollo de mi conciencia racional. He prevalecido como especie y como individuo y he poblado la tierra. He creado en torno a mi un ámbito de seguridad, con la apropiación de cosas, de seres, de hábitos y de roles que considero estables y definitivos. Por ultimo he desarrollado la tendencia a describir la realidad a través de interpretaciones mágicas, míticas , ideológicas o religiosas, de forma que la posesión del saber sea otra fuente de poder, que he utilizado primero frente a otras especies , y luego frente a otros grupos y frente a otros humanos. Vivo sin saberlo sometido a los tres reinos, en palabras del Buda: el reino de la codicia o posesión, el reino del rechazo o la diferencia, y el reino de la confusión, de la ignorancia y el dogma.

Quiero ser, quiero tener un nombre, y poder poner nombre a las cosas, cualificarlas e identificarlas. La descripción clásica de la realidad, con una creación terminada para siempre, con una leyes naturales que son firmes y estables, con un tiempo lineal sin principio ni fin en el que se inscriben los acontecimientos, con la seguridad de mi papel como sujeto de la creación, creado a imagen de Dios, y con alma individual eterna, inmortal, es el espacio de creencia que he construido penosamente a lo largo de mi historia, en el que mi existencia como ser individual no quiero, no puedo poner en duda.

Sin embargo aquí llego, con mi duda eterna, como un hamletiano de teatrillo. ¿soy o no soy? Y en esto divido mi existencia. En esto mido mi fracaso o mi éxito, mi propio devenir y mi salvación individual. Para quedarme ahí cierro los ojos para no ver como todo se mueve, para no darme cuenta de que nada permanece quieto, tampoco mi cuerpo ni mi mente, para no sentir que el cosmos en su conjunto es una continua creación y destrucción. Intento pararlo pero no puedo. Miro y miro, y al fin veo la única realidad que se mantiene siempre: todo lo que aparece desaparece. Y yo también. Mis posesiones pasan, pasan las personas a las que creía poseer e influir, pasan los acontecimientos y pasa mi existencia, mi cuerpo cambia, y mi mente no deja de cambiar, e intento a pesar de verlo apegarme a mis seguridades, mis posesiones y mi dominio, y niego la muerte y la vejez, pero al final me vencen y la duda permanece sobre mi alma inmortal, pues ni tampoco eso se mantiene, y las barreras de mi casa se están cayendo. Mi deseo de posesión crea la avaricia, y las envidias, y los celos, y la acumulación, y la explotación de otros, y la injusticia, y la desigualdad.

Y mi rechazo de otros crea la violencia, la xenofobia, la injusticia y las guerras, y los enfrentamientos. Y mi confusión e ignorancia me hace intolerante y cerril, dogmático y apostólico. Me hace creador de verdades eternas que son un yugo para el diferente. Y este apego y esta urgencia y esta violencia amenaza por destruir esta mi casa, me lleva a extinguir mi especie. La urgencia por ser lleva al hombre a su propia extinción

Y escucho como escondido en mi rincón, agarrado a mis cosas, la voz de Nagarjuna, poeta del vacío del siglo II a EC cuando me dice:

 

Bloqueado por la confusión 

he sobrevivido forjándome un destino 

a través de actos impulsivos. 

 

Consciente de mi mismo, 

busque las circunstancias 

en las que mi personalidad se desarrollara 

y el mundo impactara 

en mi alma sensitiva. 

 

La personalidad crea 

la propia consciencia , 

de igual manera como la atención, 

el ojo, y la silueta coloreada, 

desarrollan la visión

 

El impacto es el encuentro 

entre la propia conciencia 

los sentidos y las cosas del mundo. 

Esto lleva a la experiencia 

que ansío tener o evitar. 

El ansia me hace apegarme 

a la sensualidad, las opiniones, 

las reglas y los seres

 

Apegarse es insistir en ser alguien. 

No apegarse es ser libre para ser nadie.

 

Ser alguien es ser 

egoísta, impulsivo, 

reflexivo, estando apegado al cuerpo, 

que nace, envejece, muere, 

sufre  la enfermedad, el duelo y el dolor, 

la depresión y la ansiedad.

 

La angustia aparece 

cuando alguien nace

 

Los actos impulsivos 

son la raíz de la vida. 

Los tontos son impulsivos, 

mientras los sabios ven las cosas tal como son.

 

Cuando la confusión cesa, 

a través de la práctica de mirar dentro, 

los actos impulsivos también cesan. 

 

Haciendo que esto cese, 

eso también cesara, 

y la angustia terminará

 

Y en medio de mi silencio me callo, y dejo de escuchar mi voz que grita por ser, y escucho el silencio, y veo que me he vuelto ciego a la realidad, no viendo que mi existencia es algo mas grande que este ansia por prevalecer, pues no es mi destino ni mi existencia. Y penosamente, poco a poco a lo largo de los años, dejo caer las barreras que mis antecesores y yo mismo hemos levantado dolorosamente. La caída de estas barreras ha diluido mi nombre, me ha quitado la propiedad de lo que consideraba mis cosas, mis seres, mi familia, mis costumbres, mis roles, sociales y personales, y he visto el circular de la vida, el fluir continuo de los astros, y de los pensamientos, y de las cosas y de los acontecimientos; todo lo que aparece, desaparece . En cada momento todo cambia, se desarrolla, fluye y muere, y vuelve a nacer, y vuelve a morir. Por fin comprendo el camino del Buda, que me aconseja:

“…siempre que veas una forma, sé tan solo el ver, siempre que oigas un sonido, se tan solo el oír, cuando huelas un olor, solo se el oler, cuando pruebes un sabor, solo se el gustar, cuando aparezca un pensamiento, se solo el fenómeno natural que aparece en la mente. Cuando actúes de esta manera no habrá el ser propio, no habrá el yo .Y cuando no esté el yo no habrá huir de esa manera, venir de esta otra, no ir a ninguna parte. Este es el fin de dukkha. Eso en si mismo es nirvana…”

(Gautama Budha)

 

¿He de pues perder mi nombre, mis pertenencias y mi significado social, desapareciendo en la manifestación que se produce en cada momento? Me pregunto. Y al preguntarme caigo en un No-Saber, en no comprender y en la oscuridad, que es lugar en que mi camino me ha situado. Y desde aquí creo comprender la respuesta misteriosa del Bodhidharma frente al emperador Wu:

El emperador Wu, de Liang le preguntó al Bhodhidharma: “¿Quién esta delante de mi? El respondió: “No lo sé”

Koan Nº 1 de la Crónica del Acantilado Azul

 

Y no se que hacer y por donde continuar. Ya que si este ansia que he perseguido a través de los años, por ser y por dejar de no ser, es un sin sentido absurdo que me ha traído a esta nube de oscuridad, tampoco mi mente puede explicarse, y ya no se si mi mente es algo mío, pues no veo que nada sea mío mas. Y solo oigo pautas por donde avanzar. Oigo particularmente la suave melodía del nazareno, cuando con voz profunda que atraviesa los tiempos me dice:

El que quiera ser mas grande entre vosotros debe ser vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros debe ser esclavo de todos, porque el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido sino a servir

Mc 10, 43-45

 

“Introduces maestro una lógica diferente, porque acostumbrado a la defensa de quien creo ser, a como se realiza la vida de los hombres; es difícil, muy difícil, aceptar esta norma de vida, si no veo la vida como tu has llegado a verla. Y cuando te insisto y pregunto sobre las grandes cuestiones, me respondes de una forma criptica, de un ser que es al tiempo no ser:

Dijo Jesús: «Si os preguntan: ¿De dónde habéis venido?, decidles: Nosotros procedemos de la luz, del lugar donde la luz tuvo su origen por sí misma; (allí) estaba afincada y se manifestó en su imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois vosotros.?, decid: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si se os pregunta: ¿Cuál es la señal de vuestro Padre que lleváis en vosotros mismos?, decidles: Es el movimiento y a la vez el reposo».

Tm 50

Y hay una extraña paradoja, una extraña similitud en todos aquellos que en diferentes culturas se preguntan sobre cómo avanzar, sobre cómo responder a mis preguntas por saber. Eckhart me habla de buscar la real pobreza de espíritu con un lenguaje que apenas entiendo, y que cuando entiendo se pierde en su magnitud insondable:

Por eso decimos que el hombre debería permanecer tan pobre que ni el mismo fuera un lugar, ni lo tuviera… En la medida en que el hombre conserva un lugar en si mismo, entonces conserva (todavía) diferencia… (tu tarea es) venir a ser quien eras cuando todavía no eras

 (Los Pobres de Espíritu – Maister Eckhart)

 

Y su discípulo Johannes Tauler avanza en el mismo sentido, apelando a que vengamos a ser una nada insondable:

…Dicha profundidad el ser humano

deberá encontrar en su propia profundidad,

esto es, el abismo sin fondo

de un aniquilamiento insondable,

lo que significa que si pudiera

volverse por completo una pura nada

esto le parecería lo justo y adecuado

Y esto tiene su origen en la profundidad

Y el conocimiento de su nada

Johannes Tauler

 

Todos los místicos, todas las tradiciones de esta mi historia humana han percibido la misma realidad, un proceso experiencial de dejar de ser lo que no somos, viniendo a ser nada a los ojos del mundo, para venir a ser todo lo que realmente somos desde el origen, desde siempre, como bien cita nuestro Juan de la Cruz:

Para venir a gustarlo todo

no quieras tener gusto en nada.

Para venir a saberlo todo

no quieras saber algo en nada.

Para venir a poseerlo todo

no quieras poseer algo en nada.

Para venir a serlo todo

no quieras ser algo en nada.

________________________________

Para venir a lo que gustas

has de ir por donde no gustas.

Para venir a lo que no sabes

has de ir por donde no sabes.

Para venir a poseer lo que no posees

has de ir por donde no posees.

Para venir a lo que no eres

has de ir por donde no eres.

________________________________

Cuando reparas en algo

dejas de arrojarte al todo.

Para venir del todo al todo

has de dejarte del todo en todo,

y cuando lo vengas del todo a tener

has de tenerlo sin nada querer.

________________________________

En esta desnudez halla el

espíritu su descanso, porque no

comunicando nada, nada le fatiga hacia

arriba, y nada le oprime

hacia abajo, porque está en

el centro de su humildad.

Monte de Perfección – Juan de la Cruz

 

Por eso, si quiero superar mi circulo de sufrimiento, si quiero salir de esta esclavitud que amenaza mi especie, y me ofusca ante la realidad, mi camino espiritual es poner en tela de juicio todo aquello a lo que me aferro, todo aquello que en mi muerte he de abandonar, terminando con poner en tela de juicio mi propia identidad,

He de venir a no ser para venir a ser. Y para ser he de avanzar por el camino de romper con este aislamiento, con esta seguridad con este apego, de forma que pueda gritar con nuestro poeta Juan Ramon JImenez

“YO NO SOY YO”

Soy este que va a mi lado

sin yo verlo;

que, a veces, voy a ver,

 y que, a veces, olvido.

El que calla, sereno, cuando hablo,

 el que perdona, dulce, cuando odio,

el que pasea por donde no estoy,

el que quedará en pié cuando yo muera.

Juan Ramón Jiménez

 

Para por fin descubrir la realidad, que soy un flujo eterno, una comunión permanente . Que soy la realidad que se transforma en diferentes paisajes. Que soy el espíritu eterno que vive la aventura de quien ahora aparezco, para dejar luego de ser este paisaje concreto y dar lugar a otros escenarios también maravillosos. Que soy el vacío que es potencialidad eterna, continuamente recreándome en un ritmo de no separación que llamo amor, y por fin , cuando este ansia por ser quede extinguida diré con el poeta

Te deshojé, como una rosa,

para ver tu alma,

y no la vi.

Mas todo en torno –

-horizontes de tierras y mares-

-, todo, hasta el infinito,

se colmó de una esencia inmensa y viva

Juan Ramón Jiménez

 

 

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