El Zen y la Cotidianidad

La linea de Zen Nube Vacia no se entiende si no se aprecia la confluencia no religiosa y transespiritual de la sabiduria esencial de oriente y occidente. Por eso, y solo en ese extremo el zen que practicamos lo llamamos laico. Tampoco se entiende si la práctica no se extiende y se centra en la actividad cotidiana. Es el Zen de la cotidianidad. Lo cotidiano, lo ordinario es nuestra actividad común, es lo que hacemos en cada momento, la presencia en lo que ocurre aqui y ahora es lo que comprendemos por despertar. No iremos a refugiarnos en lugares apartados, pues en el centro de nuestro corazon esta el lugar menos transitado, el espacio abierto en lejanas montañas y en rios sin nombre. Este es el corazón que se expresa en cada acto cotidiano.

Esta cotidianidad tiene diversas facetas, de lo intimo a lo social, de lo corporeo a lo etereo, de lo sensible a lo insensible. comenzamos un ciclo dirigido a orientar la practica que realizamos, vinculada a nuestra actividad, personal, de grupo, social o política. En ella buscaremos siempre al buey blanco, sabiendo que finalmente hemos de olvidarlo y reconocerlo donde siempre estuvo: ¡Justo aquí!

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