Salir del Reino de la Codicia

 

La actual fase de la crisis económica ha condenado a multiples personas, familias, grupos y paises a experimentar la falta de futuro, la incapacidad para resolver su vida, y en ocasiones se ven envueltas en situaciones desesperadas de pobreza. Esta experiencia es mas aparente para aquellos que estaban acostumbrados al consumo y a la solución facil de sus necesidades, como ocurría en las metropolis de Occidente. Mientras tanto sectores privilegiados muy minoritarios hacen ostentanción obscena de lujo y de posesión desmedida.

Esta crisis se relativiza si se mira desde las poblacioens del quinto mundo, los pobres del cinturon del Sahel, los desheredados de la tierra en las sociedades pobres. Para ellos la crisis es su estado natural, la lucha por que sus hijos no mueran, por la busqueda del agua, y las colas para el alimento. Sin embargo a ellos tambien les afecta, pues la cooperación internacional se ha reducido, y la hambruna se extiende, al cerrarse el corazón y los bolsillos de Occidente. 

Esta crisis ha sido inicialmente y en toda su evolución el resultado de un modelo fallido, el del capitalismo financiero no regulado, basado en la acumulación sin medida y en la especulación para poseer mas y para controlar mas. 

El Buda manifestaba que la causa del sufrimiento humano es que el linaje humano esta encadenado en el reino de la codicia, en el reino de la aversión y en el reino de la confusión. El reino de la codicia es la compulsión por poseer, por controlar y por ser mas, en lucha y competencia con los otros, que son considerados extraños y amenazadores de nuestra seguridad. La expresión social del reino de la codicia es el modelo de mercado financiero no regulado. Mientras no acabemos con este modelo, el sufrimiento y la decadencia humana serán inexorables. 

El primer paso para cambiar este estado de cosas empieza en la persona. Si no superamos nuestra conciencia egoica y nuestro apego, podremos echar la culpa de nuestra miseria al enemigo exterior, a los poderosos de la tierra. Pero todos somos responsables. Nuestra proyección social no puede realizarse desde la neurosis y el victimismo, sino desde la renovación de la conciencia. 

La proyección social de esta superación de conciencia, de este despertar del hombre, es lo que Celso Navarro llamaba en el retiro de zen y contemplación que recientemente hemos tenido en Madrid el "Sendero del Bodhisatva", el arquetipo de la mente iluminada que se centra en el amor incondicional. Es ncesario desarrollar en el mundo un flujo hacia la unidad de todos los seres, basados en programas prácticos de transformación social, definidos por la solidaridad, por el respeto a toda forma de vida, y por busqueda de la equidad favoreciendo a los mas vulnerables. El otro soy yo y sus necesidades son las mias.

¡Que todos los seres sean felices!

 

Pedro San José

 

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