“En aquel que se mantiene sereno, con su cuerpo en calma, la mente se focaliza y concentra. Cuando la mente del practicante viene a estar serena, y su cuerpo en calma, se vuelve focalizada y concentrada, y entonces la concentración como factor del despertar aparece. La desarrolla y llega a la culminación de su desarrollo en él”
Sutra Anapanasati
Cuando el factor del Despertar de la concentración está presente, el reconoce, “el factor del despertar de la concentración está en mi”; cuando el factor del despertar de la concentración esta ausente, el reconoce, “el factor del despertar de la concentración no está en mi”; y reconoce como aparece y desaparece el factor del despertar de la concentración, y como el desarrollo del factor del despertar de la concentración llega a su plenitud.
Sutra Satipattana
Samādhi es el término en pali de este factor del despertar. Una vez que se alcanza la paz, la serenidad de la mente y el cuerpo, nos hacemos uno con el momento presente, vibrando de instante a instante; y la concentración, la focalización en lo que pasa y lo existe aparece espontáneamente.
En esta fase la atención no cuesta, es la forma habitual de vivir, pero la atención también investiga, examina el propio estado de la concentración, como aparece y se desarrolla, y como se enraíza en la personalidad despierta. Es necesario que esta se de tras el proceso de aparición de los factores anteriores, pues si no, puede ser obsesión, neurosis o paranoia, sin que exista calma, ni un espíritu entrenado en el desapego. Me refiero pues a un estado avanzado de conciencia, que permite el desarrollo de la atención sin apego mediante la focalización.
El Samādhi en la tradición budista es entendido como el estado de conciencia, de recogimiento interior, en el que se transcienden los límites de la existencia individual y se experimenta la unidad con lo divino. Esta definición implica un estado iluminado de conciencia. Desde la perspectiva que estamos contemplando es un estadio necesario, en el que la conciencia se unifica, el cuerpo se recoge y la mente sirve a este recogimiento en la unidad, solo existiendo para la contemplación directa, unificada en el momento presente.
De acuerdo al grado y manera en que el que medita experimenta la superación de las barreras materiales, las fuentes suelen distinguir tres grados de samādhi:
- janija, en el que la fijación es pasajera y limitada;
- upachara, en el que la totalidad de los sentidos se absorben transitoriamente en el objeto; y
- appana, en la que la distinción entre sujeto y objeto se elimina por completo. El resultado de esta última es el samapātti, la percepción de lo absoluto a través del control completo de la conciencia.
Entendiendo a su mantenimiento y desarrollo, existe el savikalpa samādhi, que es un estado de unificación focalizada que viene inesperadamente y se va también inesperadamente. Por otra parte el nirvikalpa samādhi es el samādhi controlado por el practicante avanzado, pudiendo entrar y salir del mismo a voluntad.
Por lo tanto hablamos no de mera concentración puntual o temporal en un objeto o momento sino de un estado de “recolección” en si mismo, de absorción de la conciencia en un proceso de unificación de mayor o menor intensidad según el grado de desarrollo, lo que lleva a que sea realmente un factor de iluminación. El proceso se podría entender de superconcentración, que hace que el foco de atención, el hecho de la atención y el que realiza la atención se fundan en uno.
De acuerdo con Bhaktivedanta Swami Prabhupada, Samadhi significa "mente fija". El diccionario védico, El Nirukti, dice samyag adhiyate 'sminn atma-tattva-yathatmyam: "Se llama samadhi al estado que se alcanza cuando la mente se concentra en la comprensión del ser".
“En la etapa de la perfección denominada trance, o samadhi, la mente de uno se abstiene por completo de las actividades mentales, materiales, mediante la práctica del yoga. Esa perfección se caracteriza por la habilidad que tiene uno de ver el yo mediante la mente pura, y de disfrutar y regocijarse en el yo. En ese estado jubiloso, uno se sitúa en medio de una felicidad trascendental ilimitada, que se llega a experimentar a través de los sentidos trascendentales. Establecido así, uno nunca se aparta de la verdad, y al conseguir esto, piensa que no hay nada mejor. Al uno situarse en esa posición nunca se desconcierta, ni siquiera en medio de la mayor de las dificultades. Esto es en verdad estar libre de hecho de todos los sufrimientos que surgen del contacto material
En el sistema de yoga, tal como se describe en este capítulo, hay dos clases de samadhi, llamados samprajñata – samadhi y asamprajñata – samadhi. Cuando uno se sitúa en la posición trascendental por medio de diversas investigaciones filosóficas, se dice que ha logrado el samprajñata – samadhi. En el asamprajñata – samadhi deja de haber toda relación con el placer mundano, ya que entonces uno se vuelve trascendental a toda clase de felicidad que procede de los sentidos. En cuanto el yogi se sitúa en esa posición trascendental, jamás es movido de ella. A menos que el yogi logre alcanzar esa posición, no tiene éxito. (…)”
Por otra parte Yogananda, P. Llama a este estado la superconciencia.
“Se alcanza el samadhi siguiendo el óctuple sendero trazado en los Yoga – Sutras por Patanjali, máxima autoridad de la antigüedad. El samadhi es el octavo paso o meta final del sendero. La meditación científica, o sea el uso correcto de las técnicas de yoga perfeccionadas hace miles de años por los sabios rishis de la India, conduce al samadhi, o sea a la realización de Dios. Así como la ola se disuelve en el mar, así el alma humana se realiza como Espíritu Omnipresente.”
Besant, A. intentando comprender este estado como un proceso progresivo de concentración lo define como …
“Un estado en que la conciencia está tan disociada del cuerpo, que éste permanece insensible. Es un estado de éxtasis en que la mente tiene plena conciencia, aunque el cuerpo no siente, y que al volver a su ordinario estado físico, trae consigo y recuerda las experiencias pasadas en el estado superfísico. Samadhi es la conciencia individual activa mientras queda insensible el cuerpo. Por ejemplo, si un individuo actúa conscientemente en el plano astral, se dice que su samadhi está en el astral, y si su conciencia está en el plano mental, su samadhi está en el mental. El hombre capaz de retirarse de su cuerpo, dejándolo insensible, mientras su mente se halla en plena conciencia, puede practicar el samadhi.
(…). Si fijo la mirada en el centro del salón, no veré distintamente las columnas laterales, mientras que si la fijo en una de estas columnas la veré claramente; pero, en cambio, aparecerán vagamente ante mi vista los oyentes. He mudado de foco sin mudar de cuerpo. Recordad que todo cuanto cabe separar del Yo es cuerpo del yogui; y, por lo tanto, a medida que la conciencia se desarrolla, los cuerpos inferiores constituyen un solo cuerpo y el verdadero hombre, el Yo, es entonces la conciencia revestida de los cuerpos materiales superiores de que todavía no es capaz de separarse.
Samadhi es en consecuencia el poder de retraerse de todo lo que se reconoce como cuerpo, y concentrarse en el interior de uno mismo, sin que sea posible volver por los medios ordinarios al estado anterior al retraimiento. Esto explica la frase consignada en La Doctrina Secreta de que el adepto "comienza su samadhi en el plano átmico". Cuando un jivanmukta entra en samadhi, empieza por el átmico, pues todos los inferiores al átmico son para él un sólo (sic) plano. Empieza el samadhi en un plano al que el hombre ordinario no puede llegar. Empieza en el plano átmico y de allí se va elevando etapa por etapa a los planos cósmicos superiores. La palabra samadhi se emplea indistintamente para expresar el estado de conciencia que del plano físico se eleva al astral, y para significar el estado de trance de un hombre común; y también en el caso de un jivanmukta que, teniendo ya concentrada su conciencia en el plano átmico, se eleva a los planos superiores de un mundo más dilatado”
En el Sermón de Benares (de las cuatro nobles verdades) el Buda cita que la recta concentración (Samadhi), como uno de los factores del óctuple camino, es la diciplina que nos conduce a las cuatro etapas de dhyana, o absorción; en la primera etapa se abandonan los deseos y pensamientos apasionados o impuros; en la segunda, ya desaparecidas las actividades mentales, se desarrolla la tranquilidad y la “fijación unificadora de la mente”; en la tercera surge la ecuanimidad consciente y en la cuarta desaparecen las sensaciones, tanto de dicha como de desdicha, de alegría o pesar, permaneciendo en un estado de ecuanimidad y lucidez mental.
El término para Samadhi en japones es Zanmai, y es usado en el zen como la referencia a un estado de profunda absorción y completa unificación. Carl Albrecht se refiere a dos estadios en la absorción del proceso místico en The Psicology of the Mystical Consciousness. En el primer estadio de absorción…
…encontramos un amplio número de procesos de consciencia y de contenidos de la conscienscia. Tienen la caracteristica de procesos de pensamiento que son experimentados como distracciones. En el segundo estado la conciencia se encuentra unificada en un sentido amplio. Ya no hay distracciones y la conciencia se queda como suspendida, esto es, no hay mas una larga cadena de pensamientos ni el foco se proyecta sobre el desarrollo de ideas. Estas se convierten en superfluas… En este estado profundo de absorciónel espacio de la consciencia está vacio de percepciones sensoriales. Los escasos trazos del mundo de las percepcioens que aparecen son experimentados como reflejos pasajeros, y no afectan lo mas mínimo al estado subyacente. Esta completa falta de relación entre lo que se percibe y el estado de absorción del meditante es experimentado como un alejamiento, una separación del medio y del contexto.
Recopilando, Samadhi es el sexto factor del despertar cuando es el avance en el proceso de la atención, y está incluido entre las facultades, los poderes y los componentes del Octuple sendero que conducen al despertar. En el Yoga es considerado la meta de unificación resultado del esfuerzo en la práctica, en virtud del cual se suspende la relación con el mundo material y la consciencia se suspende en un estado de absorción y unidad. En la practica del Zen se considera el camino para el Satori, aunque no es todavia el satori, el Despertar completo, pero se consideran dos fases del Zenmai, la que ocurre ocasionalmente y a veces por breves instantes, sin el aparente concurso del meditante, y el estado profundo, consistente del contemplativo, que se desapega de sus percepciones y sensaciones para mantener un estado unificaco y absorbido de conciencia. Este estado es el resultado de una continuada práctica en la que el proceso de atención se persigue sin descanso, pero solo en estadios avanzados de conciencia el practicante puede entrar y salir de ella a voluntad. Los dos estadios de Zanmai coinciden con el savikalpa samādhi y con el nirvikalpa samādhi
Este estado de concentración cambia la perspectiva de la persona tambien en su vida ordinaria. Es un practicante que habita en el silencio de la plena atención sabia, en calma y focalización apasionada, al tiempo que desapegada, a lo que acontece, mirando y viendo la realidad con sabiduría, y por tanto manteniendo la calma completa en medio de cualquier acontecimiento, dolor o adversidad. Vivir en Samadhi es vivir orientado hacia la acción desde la calma, la armonia del espiritu. La mente/espiritu vive en la paz, mientras la acción se produce sin cesar. Nada disturba el corazón, mientras el compromiso con las cosas se produce momento a momento. Se vive en la unidad y la conciencia del ego ha desaparecido, pues toda la atención concentrada es la comunión en cada paso, en cada creación, en cada momento. Por ello la acción desde el Samadhi es la acción creativa amorosa que se convierte en una obra de arte, en la expresión sabia de lo existente. Es el nuevo estado de conciencia en el que se penetra la realidad en una comprensión superior.
Para crear el nuevo estado de conciencia iluminada, que surge del Samadhi es necesario desarrollar la concentración en el silencio, hasta que esta se convierta el meollo de la práctica. Taulero citaba que era necesario bajar a los niveles mas profundos del alma, para que la persona pudiera ver la realidad de frente. Eso significa penetrar en estado de absorción profunda, con una práctica continuada, que se realiza sin descanso. Asi pues cuando uno penetra la oscuridad de la Nube, cuando las percepcioens no son ya el foco, y cuando la atención, que tanto costaba retener se vuelve un estado unificado en el que se esta en calma, ya este uno sentado o caminando, ya este uno comiendo o trabajando, entonces Zanmai, Samadhi es el estado natural. Se comprende que es el estado real, la lucided luminosa , la comprensión perfecta en la que uno debe vivir.
hola le cuento que al desear avanzar con toda mi alma en lo espiritual logre despertar una energia que recibo hace.un año y casi dos meses dia y noche, cuando ermpece a estudiar los chacras y en el septino senti sobre mi cabeza que algo afloro, y siento un magnetismo que dentra que viene de arriba del cielo ,que jamas habia sentido ,pero es maravilloso y cuando voy a la iglesia t iene una vibracion mas alta . como puedo utilizar correctamente esta energia, tiene que ver con samadhi,glandula pineal, pituitaria o estado de iluminasion ,nesecito una respuesta pilar
Sin conocerte y hablar contigo me es dificil poder responderte como me pides Pilar. Lo único que puedo decirte es que los fenómenos “energéticos” o transpersonales que experimentamos en el silencio no son el centro de nuestra esencia o de nuestra búsqueda. Son solo las flores en el camino. Debemos inclinarnos con humildad a las palabras del maestro místico: “Ni cogeré las flores ni temeré las fieras, sino que ire mas allende las fronteras”. El caminante que avanza se vuelve mas humilde, pero tambien mas real, mas concreto con lo que aquí pasa. Si llueve está bien, si hace sol está bien. Ei sientes energía, o gozo interior o vibración, está bien, pero no te pares ahi, no le des importancia, no lo percibas como si fueras alguien especial. Simplemente sigue adelante, en humildad gozosa. NO debes utilizar ninguna energía de ninguna manera. La única medida del avance espiritual es el avance en el amor incondicional a todos los seres.
Abrazo
Pedro
A mí me tocó experimentar el samadhi en el valle del elqui. Fue una sensación de que la montaña y yo éramos uno.